Beata Ana Catalina Emmerich
Beata Ana Catalina Emmerich vivió en los siglos XVII y XVIII y fue una Canonesa Agustina conocida por su piedad personal. Se unió a los Agustinos cuando tenía veintiocho años y once años después tuvo los primeros signos de estigmas en su cuerpo. Se confirmó que sus estigmas eran reales y, durante el resto de su vida, tuvo numerosas visiones, muchas de las cuales se centraron en la Santísima Virgen Madre. Su santidad personal y misticismo llevaron a muchos de sus contemporáneos en la Iglesia a visitarla mientras estaba postrada en cama. A lo largo de su sufrimiento se unió a Cristo hasta su muerte en el año 1824.